¿Cuándo hay que pedir ayuda?

Cada persona es la más indicada para decidir si necesita pedir ayuda a un experto. Pero en ocasiones, cuando nos sentimos muy mal o nos encontramos sumergidos en un conflicto, no vemos la salida y pensamos que ya no hay nada que podamos hacer. En ese caso, nos quedamos bloqueados, paralizados sin tomar ninguna solución. Eso es un error. El problema lo seguimos teniendo. Por ello, si nosotros no somos capaces de buscar una salida, las personas cercanas a nosotros pueden tendernos su mano, y animarnos a pedir ayuda a un experto.


En cualquier caso, debemos pedir ayuda si nos encontramos en alguna de las siguientes situaciones:


  • Si no te sientes bien físicamente o padeces dolores sin que haya una razón fisiológica para ello.
  • No eres feliz.
  • Las personas que están a tu alrededor te sugieren que busques ayuda.​
  • Sientes que los demás no te comprenden, "aguantan", y te resulta difícil establecer relaciones cordiales con los demás.
  • No duermes bien o lo suficiente.
  • No comes lo suficiente o calmas tu malestar comiendo en exceso.
  • Siempre estás cansado/a.
  • Pierdes el interés por todas las cosas y tienes la sensación de vacío o siempre estás triste.​
  • Crees que nadie te entiende ni te quiere.​
  • Cometes demasiados errores y continuos errores en la vida.​
  • Tienes dependencia del alcohol, drogas, medicamentos, juego o comida, aunque sea mínima.
  • Estás muy nervioso/a y alterado/a y saltas a la mínima contrariedad.​
  • Eres incapaz de tomar decisiones importantes. Has sufrido un trauma, problema grave o cambio radical en tu vida.
  • Tienes miedos o fobias que te coartan la libertad.​
  • Has puesto en peligro tu vida o la de los demás, tu trabajo, las finanzas, el patrimonio...​
  • No consigues establecer relaciones sexuales o amorosas satisfactorias.​
  • Ves u oyes cosas que nadie ve, o interpretas los acontecimientos de forma inusual o rara.